
Comprendiendo y Manejando Conflictos en el Ámbito Educativo
Como futura psicóloga experta en manejo de conflictos educativos, entiendo que los desacuerdos son una parte inevitable de cualquier interacción humana, especialmente en entornos dinámicos como las escuelas. Abordarlos de manera efectiva no solo previene escaladas, sino que también fomenta el aprendizaje, el crecimiento y la construcción de relaciones más sólidas.
A continuación, explicaré modelos clave del desarrollo de conflictos, los requisitos para su manejo adecuado y cómo se manifiestan en el ámbito educativo.
A. Modelos del Desarrollo de los Conflictos
Entender cómo un conflicto se desarrolla es fundamental para poder intervenir eficazmente. A continuación, detallo algunos de los modelos más reconocidos:
1. Modelo de las Cinco Etapas de Pondy
Pondy (1967) propuso un modelo incluyente que conceptualiza el conflicto como un proceso cíclico. Sus cinco etapas son:
Conflicto Latente: En esta fase, las condiciones para el conflicto existen, pero aún no son reconocidas por las partes involucradas. Puede haber incompatibilidades de objetivos, recursos escasos, interdependencia de tareas o diferencias de valores.
Características: Tensión subyacente, falta de comunicación abierta sobre los problemas, posible resentimiento oculto.
Conflicto Percibido: Las partes se dan cuenta de que existe un conflicto o una situación de incompatibilidad. Pueden no entender completamente las causas o implicaciones.
Características: Reconocimiento consciente del desacuerdo, atribución de causas (a menudo erróneas), pensamientos sobre el problema.
Conflicto Sentido: Las partes experimentan emociones negativas asociadas al conflicto, como ansiedad, frustración, ira o miedo. El conflicto se vuelve personal.
Características: Componente emocional fuerte, actitudes negativas hacia la otra parte, aumento de la tensión.
Conflicto Manifiesto: El conflicto se expresa a través de comportamientos observables. Esto puede incluir discusiones, quejas, agresión verbal o física, sabotaje, evitación, o incluso la búsqueda de mediación.
Características: Comportamientos abiertos, acciones visibles para resolver o exacerbar el conflicto, comunicación directa (a menudo defensiva).
Secuelas del Conflicto: Se refiere a las consecuencias del conflicto, ya sea que se haya resuelto o no. Las secuelas pueden ser positivas (mejora de relaciones, aprendizaje) o negativas (resentimiento persistente, daño a las relaciones, escalada futura).
Características: Impacto a largo plazo en las relaciones y en la dinámica de las partes, lecciones aprendidas o no aprendidas.

2. Modelo de las Cuatro Etapas de Rahim
Rahim (1983) presenta un modelo más enfocado en los diferentes tipos de conflictos que surgen y sus resultados, aunque también puede interpretarse en términos de progresión:
Conflicto Intrapersonal: Se refiere a un conflicto que ocurre dentro de un individuo, como un dilema de valores o una dificultad para tomar una decisión. Aunque no es directamente un conflicto entre partes, puede ser la raíz de conflictos interpersonales.
Características: Lucha interna, ambivalencia, estrés personal.
Conflicto Interpersonal: Se produce entre dos o más individuos. Es el tipo de conflicto más comúnmente reconocido.
Características: Desacuerdos entre individuos, choques de personalidad, problemas de comunicación.
Conflicto Intragrupal: Ocurre dentro de un mismo grupo, como un equipo de trabajo o un departamento.
Características: Desacuerdos entre miembros del mismo grupo, luchas de poder internas, problemas de cohesión.
Conflicto Intergrupal: Surge entre dos o más grupos.
Características: Rivalidad entre grupos, problemas de comunicación intergrupal, lucha por recursos.
Aunque Rahim no detalla fases secuenciales como Pondy, su modelo resalta cómo los conflictos pueden originarse y expandirse desde el nivel individual hasta el intergrupal, implicando diferentes dinámicas y, por lo tanto, requiriendo distintas estrategias de intervención.

3. Modelo del Proceso de Conflictos de Thomas-Kilmann
Aunque no es un modelo de etapas de desarrollo per se, el modelo de Thomas-Kilmann (1974) es crucial para entender cómo las personas eligen abordar un conflicto una vez que este ha surgido, lo cual influye directamente en su progresión.
Este modelo clasifica los estilos de manejo de conflictos en dos dimensiones: asertividad (el grado en que uno intenta satisfacer sus propias preocupaciones) y cooperativismo (el grado en que uno intenta satisfacer las preocupaciones de los demás).
Los cinco estilos son:
Competir (Alto en asertividad, Bajo en cooperativismo): Un enfoque de "ganar-perder" donde una parte intenta imponer su voluntad sobre la otra.
Características: Orientado a la meta propia, confrontativo, uso de poder.
Colaborar (Alto en asertividad, Alto en cooperativismo): Un enfoque de "ganar-ganar" donde ambas partes trabajan juntas para encontrar una solución que satisfaga plenamente a todos.
Características: Orientado a la solución, creativo, búsqueda de intereses subyacentes.
Evitar (Bajo en asertividad, Bajo en cooperativismo): Una parte se retira del conflicto o lo pospone.
Características: Ignorar el problema, posponer la confrontación, pasividad.
Acomodar (Bajo en asertividad, Alto en cooperativismo): Una parte cede a las preocupaciones de la otra, priorizando la relación sobre sus propios intereses.
Características: Renuncia a los propios intereses, complacencia, mantenimiento de la armonía.
Comprometer (Moderado en asertividad, Moderado en cooperativismo): Ambas partes renuncian a algo para llegar a un acuerdo mutuamente aceptable.
Características: Búsqueda de un punto intermedio, concesiones mutuas, solución parcial
Este modelo es más sobre las estrategias de afrontamiento que influyen en cómo se desarrolla el conflicto una vez iniciado, y no tanto sobre su origen y evolución. Sin embargo, la elección de un estilo de manejo puede determinar si el conflicto escala, se resuelve o se suprime.
B. Requerimientos para el Manejo Adecuado de los Conflictos
El manejo adecuado de conflictos requiere una serie de elementos clave, tanto por parte de los actores directamente involucrados como de cualquier interviniente externo.
Requerimientos Comunes para Actores del Conflicto (en todos los modelos):
Autoconocimiento y Manejo Emocional: Fundamental para reconocer las propias emociones y reacciones ante el conflicto, evitando que éstas dominen la situación y escalen el desacuerdo.
Habilidades de Comunicación Efectiva: Escucha activa (para entender la perspectiva del otro), comunicación asertiva (para expresar las propias necesidades y límites sin agresión) y capacidad para reformular y resumir.
Empatía: La capacidad de ponerse en el lugar del otro y comprender sus sentimientos, motivaciones y perspectivas, incluso si no se está de acuerdo con ellas.
Flexibilidad y Apertura al Cambio: Estar dispuesto a considerar soluciones alternativas y a ceder en ciertos puntos para lograr una resolución.
Orientación a la Solución: Enfocarse en encontrar una salida constructiva en lugar de culpar o aferrarse a la posición inicial.
Reconocimiento de la Interdependencia: Entender que la resolución del conflicto a menudo beneficia a ambas partes y que sus resultados están entrelazados.
Requerimientos Específicos según el Modelo:
1. Modelo de Pondy:
Conflicto Latente:
Actores: Desarrollar sensibilidad para identificar tensiones subyacentes, conciencia de posibles incompatibilidades.
Intervinientes: Capacitación en detección temprana de riesgos, implementación de canales de comunicación abiertos y seguros.
Conflicto Percibido:
Actores: Claridad en la expresión del problema, disposición a indagar las causas, evitar suposiciones.
Intervinientes: Facilitar la clarificación de percepciones, ayudar a las partes a definir el problema de manera conjunta.
Conflicto Sentido:
Actores: Capacidad para regular las emociones intensas, evitar reacciones impulsivas, buscar un espacio seguro para el diálogo.
Intervinientes: Ofrecer apoyo emocional, establecer un ambiente de confianza, enseñar técnicas de manejo del estrés.
Conflicto Manifiesto:
Actores: Elegir estrategias de comunicación constructivas (evitar el ataque personal), centrarse en los problemas y no en las personas.
Intervinientes: Aplicar técnicas de mediación o negociación, establecer reglas claras para la discusión, asegurar que se escuchen todas las voces.
Secuelas del Conflicto:
Actores: Reflexionar sobre lo aprendido, comprometerse con los acuerdos alcanzados, reconstruir la confianza si es necesario.
Intervinientes: Monitorear el cumplimiento de los acuerdos, facilitar el seguimiento, promover el aprendizaje de la experiencia.
2. Modelo de Rahim (Requerimientos para los Intervinientes Externos, como facilitadores o mediadores):
Dado que este modelo se centra más en los niveles de conflicto que en una secuencia, los requisitos para los intervinientes se orientan a la especificidad de cada nivel:
Para Conflictos Intrapersonales:
Intervinientes: Habilidades de coaching o consejería individual, capacidad para ayudar al individuo a identificar sus valores y prioridades, técnicas para la toma de decisiones.
Para Conflictos Interpersonales:
Intervinientes: Habilidades de mediación y facilitación de diálogo, neutralidad, capacidad para guiar a las partes a expresar sus necesidades e intereses.
Para Conflictos Intragrupales:
Intervinientes: Conocimiento de dinámica de grupos, técnicas de facilitación de reuniones, estrategias para construir cohesión grupal y gestionar la polarización.
Para Conflictos Intergrupales:
Intervinientes: Experiencia en negociación intergrupal, capacidad para identificar intereses comunes supra-ordinados, habilidades para manejar prejuicios y estereotipos entre grupos.
3. Modelo de Thomas-Kilmann (Requerimientos para Actores e Intervinientes):
Este modelo subraya que la efectividad del manejo de conflictos depende de la elección consciente y estratégica del estilo de afrontamiento.
Para los Actores:
Autoconciencia del estilo propio: Entender cómo uno tiende a reaccionar ante el conflicto.
Flexibilidad: La capacidad de adaptar el estilo de manejo a la situación específica y a la otra parte involucrada.
Juicio situacional: Saber cuándo es apropiado competir, colaborar, evitar, acomodar o comprometer. Por ejemplo, la colaboración es ideal cuando el tiempo lo permite y la relación es importante, mientras que la competencia puede ser necesaria en situaciones de emergencia donde se requiere una decisión rápida y un experto la tiene.
Para los Intervinientes Externos:
Capacidad de diagnóstico: Habilidad para identificar los estilos de conflicto predominantes en las partes y sus consecuencias.
Enseñanza de estilos: Educar a las partes sobre los diferentes estilos y sus implicaciones.
Facilitación de cambio de estilo: Ayudar a las partes a adoptar un estilo más constructivo si el que están usando es contraproducente.
C. Manifestación de los Modelos en el Ámbito Educacional y Requerimientos Correspondientes
El entorno educativo es un caldo de cultivo para diversos tipos de conflictos, desde el aula hasta la administración. Veamos cómo se manifiestan los modelos y qué se requiere para su manejo.
1. Modelo de las Cinco Etapas de Pondy en el Ámbito Educacional:
Conflicto Latente:
Manifestación: Un profesor se siente constantemente sobrecargado de trabajo debido a la falta de apoyo administrativo, pero no lo expresa.
Varios estudiantes se sienten frustrados con un método de enseñanza, pero no se quejan directamente.
Requerimientos:
Actores (Profesor/Estudiantes): Desarrollo de habilidades de auto-reflexión y reconocimiento de frustraciones.
Intervinientes (Directivos/Orientadores): Implementar encuestas de clima laboral/estudiantil anónimas, buzones de sugerencias, reuniones regulares de equipo para identificar tensiones no expresadas. Fomentar una cultura de apertura donde se sienta seguro expresar inquietudes.
Conflicto Percibido:
Manifestación: Un director percibe que los padres de familia están insatisfechos con las nuevas políticas de disciplina, basándose en algunos comentarios indirectos y menos asistencia a reuniones. Dos estudiantes se dan cuenta de que ambos quieren liderar el mismo proyecto y que sus ideas son incompatibles.
Requerimientos:
Actores (Director/Estudiantes): Clarificación de la percepción a través de preguntas directas y búsqueda de información.
Intervinientes (Mediador/Tutor): Facilitar el diálogo para que las partes expresen lo que perciben y cómo les afecta, sin emitir juicios. Ayudar a las partes a definir el "problema real".
Conflicto Sentido:
Manifestación: Un profesor siente profunda frustración e ira porque cree que un colega está descalificando su trabajo frente a los estudiantes. Los padres de un estudiante sienten ansiedad y decepción por las bajas calificaciones de su hijo, atribuyéndolo a la falta de atención del maestro.
Requerimientos:
Actores (Profesor/Padres): Reconocimiento de las propias emociones, búsqueda de apoyo (colega, orientador) para procesarlas antes de confrontar, evitar reacciones impulsivas.
Intervinientes (Psicólogo escolar/Mediador): Espacios seguros para la expresión emocional (separados inicialmente si es necesario), técnicas de desescalada, énfasis en entender las necesidades subyacentes a las emociones.
Conflicto Manifiesto:
Manifestación: Una discusión acalorada entre dos profesores en la sala de profesores sobre la distribución de tareas. Un estudiante grita a otro en el patio. Un grupo de padres presenta una queja formal a la dirección sobre un profesor específico.
Requerimientos:
Actores (Profesor/Estudiantes/Padres): Habilidades de comunicación asertiva, negociación, búsqueda de soluciones. Compromiso con las normas de convivencia escolar.
Intervinientes (Directivos/Mediadores/Orientadores): Intervención rápida para detener la agresión, aplicar protocolos de disciplina si es necesario, mediación formal, facilitación de reuniones para la resolución de problemas.
Secuelas del Conflicto:
Manifestación: Tras una mediación exitosa, dos estudiantes que tuvieron un conflicto ahora colaboran en actividades extraescolares. Sin embargo, un profesor que fue sancionado por un conflicto anterior aún muestra resentimiento hacia la administración.
Requerimientos:
Actores (Estudiantes/Profesor): Apertura a la reconciliación, cumplimiento de acuerdos, reflexión sobre el aprendizaje.
Intervinientes (Directivos/Psicólogo escolar): Seguimiento de los acuerdos, ofrecer apoyo para la reconstrucción de relaciones, programas de resolución de conflictos para prevenir futuras escaladas, reconocimiento de las lecciones aprendidas.
2. Modelo de Rahim en el Ámbito Educacional:
Conflicto Intrapersonal:
Manifestación: Un estudiante lucha con su identidad y su lugar en la escuela, lo que se manifiesta en aislamiento o bajo rendimiento académico. Un profesor se siente dividido entre sus ideales pedagógicos y las exigencias administrativas.
Requerimientos:
Actores (Estudiante/Profesor): Buscar ayuda, auto-reflexión, identificar valores personales.
Intervinientes (Orientador escolar/Psicólogo escolar/Coordinador pedagógico): Ofrecer consejería individual, espacios de tutoría, desarrollo de programas de bienestar y apoyo psicológico.
Conflicto Interpersonal:
Manifestación: Un desacuerdo entre dos estudiantes sobre un juego durante el recreo. Una confrontación entre un profesor y un padre sobre las calificaciones de un hijo.
Requerimientos:
Actores (Estudiantes/Profesor/Padre): Habilidades básicas de comunicación y escucha.
Intervinientes (Tutor/Maestro/Mediador escolar): Mediación de pares, mediación formal, facilitar encuentros para que las partes dialoguen y busquen soluciones.
Conflicto Intragrupal:
Manifestación: Un grupo de estudiantes de un proyecto escolar no logra ponerse de acuerdo en la división del trabajo, lo que genera tensión y baja productividad. El departamento de matemáticas está dividido sobre qué libro de texto utilizar el próximo año.
Requerimientos:
Actores (Estudiantes/Profesores): Habilidades de trabajo en equipo, capacidad de negociación y compromiso.
Intervinientes (Líder del proyecto/Jefe de departamento/Directivo): Facilitación de reuniones de grupo, establecimiento de normas de trabajo en equipo, técnicas de lluvia de ideas para generar soluciones conjuntas, votaciones democráticas si es apropiado.
Conflicto Intergrupal:
Manifestación: Rivalidad entre dos equipos deportivos de la escuela que lleva a comportamientos antideportivos. Desacuerdos entre el personal docente y el personal administrativo sobre la asignación de recursos.
Requerimientos:
Actores (Miembros de los grupos): Conciencia de los prejuicios intergrupales, voluntad de ver los intereses comunes.
Intervinientes (Directivos/Coordinadores deportivos/Mediadores): Fomentar actividades de integración entre grupos, buscar objetivos supraordinados que requieran la colaboración de ambos grupos, negociación formal entre representantes de los grupos.
3. Modelo de Thomas-Kilmann en el Ámbito Educacional:
Competir:
Manifestación: Un estudiante insiste en que su respuesta es la única correcta en un trabajo grupal y se niega a escuchar a los demás. Un director impone una nueva política sin consultar a los profesores.
Requerimientos:
Actores: Ser conscientes de cuándo este estilo es contraproducente y puede dañar relaciones.
Intervinientes: Enseñar a los estudiantes a debatir constructivamente, guiar al director a considerar la participación en la toma de decisiones, explicar el impacto negativo de la competencia excesiva en el clima escolar.
Colaborar:
Manifestación: Un grupo de estudiantes trabaja junto para desarrollar un proyecto creativo donde las ideas de todos son valoradas y se combinan. Profesores y padres se reúnen para diseñar un plan de apoyo individualizado para un estudiante, asegurando que las necesidades de todos sean atendidas.
Requerimientos:
Actores: Habilidades de pensamiento crítico, creatividad, comunicación abierta y confianza.
Intervinientes: Fomentar espacios de trabajo colaborativo, enseñar técnicas de lluvia de ideas y resolución de problemas conjunta, reconocer y premiar los esfuerzos colaborativos.
Evitar:
Manifestación: Un estudiante evita confrontar a un compañero que lo molesta, lo que permite que el acoso continúe. Un profesor ignora los conflictos entre sus alumnos en el aula, esperando que se resuelvan solos.
Requerimientos:
Actores: Reconocer las consecuencias negativas de la evitación (escalada del problema, resentimiento).
Intervinientes: Crear un ambiente seguro donde los estudiantes se sientan cómodos reportando problemas, capacitar a los profesores para que intervengan activamente y no ignoren los conflictos.
Acomodar:
Manifestación: Un estudiante siempre cede a los deseos de sus compañeros para evitar conflictos, aunque no esté de acuerdo. Un profesor acepta una carga de trabajo adicional que no le corresponde para no molestar a la dirección.
Requerimientos:
Actores: Aprender a establecer límites saludables y expresar sus propias necesidades.
Intervinientes: Fomentar la asertividad, asegurar que las necesidades de todos los miembros de la comunidad educativa sean consideradas y respetadas.
Comprometer:
Manifestación: Dos estudiantes que quieren usar la misma computadora deciden turnarse cada 30 minutos. El equipo de profesores acuerda utilizar un texto que combina elementos de dos libros propuestos, buscando un punto medio.
Requerimientos:
Actores: Habilidad para identificar lo que es realmente importante y lo que es negociable.
Intervinientes: Facilitar la identificación de intereses comunes y la generación de opciones que permitan concesiones mutuas.

Fuentes Consultadas
-Pondy, L. R. (1967). Organizational Conflict: Concepts and Models. Administrative Science Quarterly, 12(2), 296-320.
-Este artículo es seminal para el modelo de las cinco etapas del conflicto organizacional.
-Rahim, M. A. (1983). A Measure of Styles of Handling Interpersonal Conflict. Academy of Management Journal, 26(2), 368-376.
-Fundamental para comprender los niveles de conflicto (intrapersonal, interpersonal, etc.).
-Thomas, K. W., & Kilmann, R. H. (1974). Thomas-Kilmann Conflict Mode Instrument.
Este instrumento y el marco teórico que lo acompaña son la base del modelo de estilos de manejo de conflictos (competir, colaborar, etc.).
Valoración y Consideraciones Personales
El estudio y la aplicación de estos modelos en el ámbito educativo son cruciales para transformar los conflictos de obstáculos en oportunidades de crecimiento.
A. Aspectos Comunes y No Comunes:
Comunes: Todos los modelos resaltan que el conflicto es un fenómeno complejo y multifacético. Subrayan la importancia de la comunicación, la percepción y las emociones en su desarrollo y manejo. Además, implícitamente o explícitamente, todos los modelos sugieren que la intervención temprana es más efectiva que la intervención tardía.
No Comunes: El modelo de Pondy es el único que ofrece una secuencia de etapas clara en el desarrollo del conflicto, lo que lo hace muy útil para el diagnóstico. El modelo de Rahim se distingue por su clasificación por niveles de conflicto (intrapersonal, interpersonal, etc.), lo cual es valioso para entender la escala del problema. El modelo de Thomas-Kilmann se enfoca en los estilos de afrontamiento, siendo más una herramienta prescriptiva sobre cómo actuar ante el conflicto, en contraste con los otros que son más descriptivos de cómo el conflicto se desarrolla o se categoriza.
B. Aspectos que Faltan en Algunas Respuestas y Aparecen en Otras:
El modelo de Pondy, al ser un modelo de proceso, no profundiza en los estilos de manejo individual que podrían influir en el progreso a través de sus etapas; esto es precisamente lo que Thomas-Kilmann aborda.
El modelo de Rahim, al clasificar los tipos de conflicto, no detalla las fases evolutivas por las que pasa un conflicto, algo que sí hace Pondy.
Thomas-Kilmann, si bien es excelente para entender las respuestas individuales al conflicto, no explica el origen o la latencia del conflicto, que son puntos focales de Pondy.
C. Calidad, Actualización y Profundidad de las Diferentes Respuestas:
La calidad de la respuesta se sustenta en la elección de modelos clásicos y ampliamente aceptados en la psicología del conflicto. Pondy, Rahim y Thomas-Kilmann son pilares en la literatura sobre el tema y ofrecen una base robusta para comprender y abordar los conflictos.
Actualización: Si bien los modelos son clásicos (décadas de los 60 y 70), su relevancia se mantiene vigente porque describen principios fundamentales del comportamiento humano y de las dinámicas sociales. La investigación contemporánea a menudo construye sobre estos fundamentos o los aplica en nuevos contextos, pero rara vez los refuta en su esencia.
Profundidad: Se ha buscado ir más allá de la mera descripción de los modelos, vinculando explícitamente con los requerimientos de manejo y, lo más importante para el usuario, con ejemplos concretos del ámbito educacional. Esto permite una comprensión práctica y aplicable. La inclusión de los requisitos para actores e intervinientes externos añade una capa de profundidad estratégica.
D. Listado Completo de las Fuentes Recibidas:
-Pondy, L. R. (1967). Organizational Conflict: Concepts and Models. Administrative Science Quarterly, 12(2), 296-320.
-Rahim, M. A. (1983). A Measure of Styles of Handling Interpersonal Conflict. Academy of Management Journal, 26(2), 368-376.
-Thomas, K. W., & Kilmann, R. H. (1974). Thomas-Kilmann Conflict Mode Instrument.
Consideraciones y Valoraciones Personales:
Como psicólogo educativo, considero que el manejo de conflictos es una habilidad esencial no solo para los profesionales, sino para todos los miembros de la comunidad educativa: estudiantes, docentes, personal administrativo y padres.
Es fundamental pasar de una visión negativa del conflicto (como algo a evitar a toda costa) a una visión constructiva, donde se vea como una oportunidad para el crecimiento, la innovación y el fortalecimiento de las relaciones. Para ello, es clave:
Capacitación Continua: Ofrecer talleres y programas de desarrollo de habilidades de manejo de conflictos para todos los estamentos.
Cultura de Diálogo Abierto: Fomentar entornos donde se sientan seguros al expresar desacuerdos y buscar soluciones de manera constructiva.
Intervención Temprana y Preventiva: No esperar a que los conflictos escalen. Implementar sistemas de detección temprana y herramientas de mediación o facilitación accesibles.
Enfoque Restaurativo: Más allá de la disciplina, buscar la reparación del daño y la reconstrucción de las relaciones.
El verdadero desafío en el ámbito educativo reside en traducir estos modelos teóricos en prácticas pedagógicas y administrativas efectivas que fomenten la inteligencia emocional, la resiliencia y la ciudadanía en todos los que conforman la comunidad escolar.
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